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¿Aceptará el SEÑOR millares de carneros o miríadas de arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mi vientre por el pecado de mi alma?

¡Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno! ¿Qué requiere de ti el SEÑOR? Solamente hacer justicia, amar misericordia y caminar humildemente con tu Dios.

Escucha, oh tribu: La voz del SEÑOR proclamará a la ciudad y él salvará a los que temen su nombre, a quienes aún congregará.

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